Así es la spin-off madrileña que vende 35 millones de lentes al año y llega a 70 países

por | Oct 16, 2025

Cuando una empresa sale de su incubadora con los motores encendidos, abre el abanico de posibilidades para transformarse en un referente. Eso es justo lo que está viviendo IOT Lenses (Indizen Optical Technologies), que tras 20 años de incubación en el Parque Científico de Madrid (PCM) da un paso simbólico y estratégico: dejar atrás esas instalaciones para entrar en una nueva fase de expansión. Su historia resume muchos de los dilemas y aprendizajes que hoy enfrentan las PYMEs tecnológicas que aspiran no solo a sobrevivir, sino a crecer con propósito.

De 4 m² en la universidad al mundo: el cuento de IOT

Esa frase resume el trayecto: arrancar con limitados recursos físicos, pero con ambiciones que las superaron.

Sus comienzos fueron humildes. Como explican en su sitio, en 2010 establecieron su sede norteamericana en California en colaboración con Younger Optics, lo que les permitió penetrar el mercado global.Hoy, IOT Lenses afirma colaborar con más de 400 socios en 70 países, produciendo más de 35 millones de lentes al año.

La óptica free-form es uno de sus puntos fuertes. Desde el Parque Científico de Madrid, se incubaron tecnologías propias como lentes regrabables (basadas en cristales líquidos) o sistemas de inspección cosmética automática (AVI) capaces de distinguir defectos reales de partículas.

El PCM les ofreció un entorno propicio: instalaciones técnicas, asesoramiento en desarrollo de negocio y vínculos de transferencia universitario. En palabras de la directora general del PCM, “IOT es un ejemplo de cómo la transferencia del conocimiento … puede ofrecer innovación impactante a la sociedad”. es decir, un ecosistema de conexiones y conocimiento.

La nueva etapa: expansión, salto institucional y credibilidad

El traslado de IOT Lenses al edificio Alvento, en Madrid, con una planta de 1.000 m² dedicada a investigación, desarrollo tecnológico y colaboración con clientes internacionales, simboliza algo más que una mudanza. Es el punto y aparte de una historia que comenzó en los laboratorios de la Universidad Complutense y que hoy se escribe en clave de expansión global.

Tras dos décadas en el Parque Científico de Madrid, donde creció como una de las spin-offs más exitosas del ecosistema universitario, la compañía entra en una nueva etapa marcada por la madurez empresarial y la ambición internacional. “Dejamos la incubadora, pero no la innovación”, podría resumir su filosofía: una apuesta por escalar sin perder la esencia científica que la vio nacer.

El cambio de sede viene acompañado de un reposicionamiento estratégico. IOT Lenses ya no se define como un fabricante de lentes, sino como un socio tecnológico para laboratorios ópticos de todo el mundo. En lugar de competir en el mercado minorista, su modelo pasa por proporcionar a otros laboratorios el diseño, la metrología y las herramientas necesarias para fabricar lentes personalizadas de alta precisión. En la práctica, esto la convierte en un habilitador tecnológico que impulsa la transformación del sector óptico desde dentro.

Esa visión se sustenta en un dato revelador: la empresa destina el 60 % de su presupuesto a I+D, una cifra poco habitual incluso entre compañías consolidadas del sector tecnológico. Según su propia información corporativa, esta inversión continua en investigación es lo que le permite mantener un flujo constante de innovaciones, desde sistemas de diseño free-form hasta materiales inteligentes o algoritmos de optimización.

Pero crecer también implica transformarse. La salida del entorno académico obliga a IOT Lenses a redefinir su relato: pasar de ser “una spin-off universitaria” a consolidarse como una empresa tecnológica global, fiable y escalable. Esa transición no se logra solo con metros cuadrados o tecnología, sino con cultura organizativa, liderazgo y comunicación. Es un salto que exige nuevos procesos internos, estructuras de gestión más sólidas y una narrativa corporativa que conecte la ciencia con la empresa.

Lo que nos enseña…

La historia de IOT Lenses no es un cuento aislado: sirve de mapa estratégico para emprendedores científicos con ambición. Aquí algunas de las lecciones más útiles:

  • Crecimiento incremental desde la especialización: IOT no pretendió dominar toda la cadena óptica al principio; se centró en diseño, metrología y algoritmos free-form. Esa especialización les permitió generar ventaja competitiva antes de expandirse.
  • Cambio de fase sin dependencia permanente del ecosistema: la incubadora les dio empuje, pero supieron “graduarse” cuando estuvo listo. Las empresas deben saber cuándo salirse del paraguas del apoyo institucional.
  • Inversión sostenida en I+D como columna vertebral del valor: destinar una proporción significativa del presupuesto a innovación continua les permite estar en la frontera tecnológica, no solo reaccionar ante tendencias.
  • Alianzas estratégicas para globalizar: su relación con Younger Optics y otros laboratorios les permitió escalar internacionalmente sin enfrentar solos todas las barreras logísticas y de mercado.
  • Mezclar cliente tecnológico con cliente comercial: no basta con vender lentes; ser proveedor tecnológico para otros laboratorios diversifica el modelo de ingreso y fortalece la posición en la cadena de valor.
  • Transición de identidad corporativa: pasar de “caso de innovación” a “empresa establecida” requiere cambiar la cultura, los procesos, la gobernanza y la comunicación.
  • Infraestructura operacional robusta como base de crecimiento: innovar es útil solo si se puede convertir en producto repetible con calidad. Los clusters de cálculo, los laboratorios internos y el control de calidad son tan importantes como las ideas mismas (y IOT lo sintió en sus fases iniciales, como cuenta Crespo al afirmar que tardaban un día en generar prototipos complejos).

Más que mudarse, crecer con significado

El traslado de IOT Lenses desde su incubadora madrileña a instalaciones propias no es un cambio cosmético: es un símbolo de madurez, ambición y responsabilidad tecnológica. Es un mensaje claro para el ecosistema emprendedor: no basta con nacer en el entorno universitario; hay que saber cuándo desplegar alas y volar con autonomía.

Para gerentes y propietarios de PYMEs que quieran crecer con sentido humano y tecnológico, el caso de IOT es una confirmación: el camino del éxito combina innovación constante, disciplina operativa, alianzas estratégicas y valentía para transformar identidad. El reto no es solo escalar en metros cuadrados, sino escalar en valor, credibilidad y capacidad de impacto.

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