Señala Greg Kidd, CEO de globaliD, que “el término disrupción transmite con gran precisión la idea de destrucción del statu quo. Sin embargo, la disrupción puede suponer una mera demolición o la construcción de algo nuevo: depende de la calidad de las ideas en las que se cimiente. Una disrupción verdaderamente innovadora plantea una realidad alternativa que, según un conjunto de actores, podría y debería existir en el mundo”*.
Dicho esto, cabe destacar que un modelo de negocio, para que sea disruptivo, debería ser deseable, es decir, brindar nuevas oportunidades no solo a las empresas que lo adoptan, sino a la sociedad, que debería beneficiarse del mismo. ¿Y cuales son estos modelos?
Para las pequeñas y medianas empresas, existen ciertas alternativas que pueden explorar a nivel digital con probabilidad de éxito:
1. Los Marketplace, por su amplio alcance, necesidad de inversión inicial reducida y alta escalabilidad
Dichas plataformas online, diseñadas para conectar a compradores de todo el mundo con vendedores, ofrecen no solo un escaparate accesible y de largo alcance, sino toda una herramienta de gestión de pedidos. Eso sí, a cambio de comisiones.
2. Las plataformas de suscripción
Las de contenidos online viven su máximo esplendor, gracias a su enorme capacidad para fidelizar clientes, como ocurre con las populares Netflix, HBO, etc.
Sin embargo, las audiovisuales no son las únicas. Las hay de entrenamiento personal, meditación… En definitiva, todo tipo de servicios que pueden consumirse a la carta y de forma recurrente mediante el pago de una cuota. Para las empresas significa la recepción de ingresos previsibles.
Algunas de estas plataformas comienzan con la modalidad freemium, es decir, con servicios gratuitos que canalizan a los usuarios hacia opciones de pago con servicios mejorados.
3. Los modelos crowdsourcing
Totalmente colaborativos, permiten el desarrollo de proyectos de enorme calado a través de la participación independiente de varios profesionales.
Se trata, así, de una externalización de ciertas tareas, por ejemplo, de creación (crowdcreation), basada en la idea de las iniciativas de economía colaborativa.
Nos encontramos en un momento de efervescencia de modelos gracias a la digitalización de nuestra economía, tejido empresarial y sistema de consumo. De ahí que sea necesario explorar las distintas vías que ofrece el mercado y sopesar sus ventajas e inconvenientes respecto a la actividad que se desea desarrollar y los objetivos a alcanzar.
*Greg Kidd participó en una de las reuniones del Future Trends Forum de Bankinter, y su intervención fue recogida en el documento Modelos de negocio disruptivos, editado posteriormente por la Fundación Innovación Bankinter.