Redacción | Madrid
9 de Enero de 2015
Tomar mejores decisiones, estimular la creatividad y lograr un desarrollo más adecuado de los profesionales que nos rodean es posible gracias a un método de trabajo que proponen en su último libro sobre toma de decisiones Dan Heath y Chip Heath (Decídete. Edita Gestión 2000).
Se trata de la toma de decisiones multipista, que protagoniza el tercer capítulo del libro. Un proceso según el cual debemos considerar más de una opción de forma simultánea a la hora de escoger ya que así descubrimos realmente la forma del problema. Los hermanos Heath lo ilustran con varios ejemplos, como el de la empresa de naming Lexicon. La compañía ha puesto nombres a productos como Blackberry, Swiffer o Pentium. A la hora de funcionar trabajan con multitud de equipos pequeños que caminan en varias direcciones, incluido un equipo que trabaja con una perspectiva muy diferente. Los autores lo ilustran con un ejemplo sobre un minicepillo de dientes desechable que Colgate lanzó en 2006.
Lo primero que hizo su consejero delegado es pedir que los equipos no se enfocaran sólo a su reducido tamaño, algo que había transmitido el cliente. Se trata de evitar el encasillamiento inicial. Lo segundo fue pedir a su red de lingüistas que trabajaran de forma independiente buscando ideas sobre metáforas o sonidos que connotasen ligereza. Además puso a trabajar a otros dos colaboradores variando el cliente y producto del que se trataba. Les comentó que trabajasen en una línea de cuidado bucal para Olay. De todo ese proceso sobresalió la palabra ‘Wisp’ (chispa) y así nació Colgate Wisp. Atrás queda el tipo de reuniones de brainstorming con una misma idea y la tensión de ver quién expone un nombre mejor. En Lexicon hace años que dejaron atrás esa fórmula. El trabajo independiente y, a veces, ni siquiera 100% enfocado produce una apertura que permite un mayor acercamiento a los objetivos.
Los hermanos Heath en su libro cuentan como este proceso multipista también es muy válido en el trabajo con otro tipo de creativos, los diseñadores gráficos. Según un estudio es mucho más productivo, al crear un cartel o un banner, no pedir varios diseños a la vez a una misma persona para escoger uno válido. Es preferible pedir 3 diseños y comentar los fallos y aciertos globales. De ahí pedir que se hagan otros dos y, tras hacer el mismo proceso, obtener un trabajo final. El diseñador aprende a qué problema se está enfrentando y va combinando elementos buenos y desechando malos. De la otra manera, el diseñador puede acertar o no en sus diferentes intentos, pero el feedback con el que cuenta no se va incrementando.