Tras dos años de tipos altos, 2025 ha traído los primeros recortes del Banco Central Europeo (BCE). La pregunta para cualquier pyme es obvia: ¿qué pasará con el coste de la deuda y con la liquidez en 2026? La respuesta corta: el escenario base apunta a una normalización gradual —no a una vuelta inmediata a los tipos cero—, con financiación algo más barata y márgenes de tesorería todavía tensionados por el ciclo de pagos y la desaceleración del crecimiento.
Tipos: bajada gradual, sin atajos
El BCE inició el ciclo de recortes en junio de 2025 y mantiene que la trayectoria dependerá de los datos. En palabras de Christine Lagarde: en el escenario base del Eurosistema, “la inflación general promediará el 2,0% en 2025, el 1,6% en 2026 y el 2,0% en 2027” —lo que permite aliviar tipos si se confirma la desinflación, pero “seguimos guiados por los datos” y reunión a reunión.
De cara a 2026, los servicios de estudios ven un Euríbor más bajo que en 2024–2025, pero aún por encima de los niveles prepandemia. Funcas proyecta un Euríbor a 12 meses medio del 2,3% en 2026 (2,5% en 2025), coherente con una rebaja escalonada de los tipos oficiales. En paralelo, previsiones de mercado recopiladas por entidades como CaixaBank Research dibujan una senda similar: recortes graduales del BCE y una curva que desciende sin “precipitarse”. Incluso en escenarios privados más tácticos, como los de BBVA Research, el cuadro macro de 2026 contempla menores presiones inflacionistas, apoyando un coste del crédito algo más holgado para empresas.
Liquidez empresarial: mejora lenta y desigual
Con tipos aún elevados en términos históricos, el acceso al crédito seguirá condicionado por riesgo y sector. El Banco de España recuerda que el endurecimiento de condiciones desde 2022 impactó en inversión y gasto de las empresas; la normalización será progresiva, con sensibilidad especial de las pymes más apalancadas. Aun así, hay señales de alivio en la caja operativa: el Observatorio de Morosidad de CEPYME recoge una reducción del período medio de pago en 2024–2025 y cierta mejora de los plazos al inicio de 2025, un dato clave para la tesorería del tejido pyme.
La clave en 2026 será la disciplina de circulante. La OCDE prevé que la inflación en España se sitúe cerca del 2% en 2026, con crecimiento moderado; buen contexto para estabilizar márgenes, pero sin “viento de cola” extraordinario. En suma: menos presión por tipos que en 2023–2024, pero con la caja todavía expuesta a plazos de cobro, costes salariales y energía.
Riesgos a vigilar
- Integración de IA y capex digital: muchas pymes aceleran inversión en software y automatización; financiarla con deuda a tipo variable exige cobertura y calendario realista. El Banco de España insiste en que las condiciones financieras siguen siendo un vector clave del ciclo inversor. Banco de España
- Curva de tipos: aunque el consenso espera recortes, la volatilidad (petróleo, geopolítica, salarios) puede frenar al BCE. La institución repite que la senda no está preanunciada. BIS
- Euríbor: la base de referencia de muchos préstamos empresa se moderaría en 2026 (≈2,3% a 12 meses según Funcas), pero sin regresar a mínimos históricos; conviene presupuestar escenarios con +50 pb de colchón. Cepyme
Tres movimientos concretos para 2026
- Blindar el coste de la deuda. Con un Euríbor moderándose pero todavía “positivo”, una cobertura (swaps, caps) o el paso parcial a tipo fijo puede estabilizar el gasto financiero. El criterio: cubrir al menos la parte de deuda ligada a circulante estructural y capex crítico. Este enfoque es coherente con la recomendación del Banco de España de reducir la sensibilidad a shocks de tipos en empresas intensivas en deuda.
- Exprimir el ciclo de cobro-pago. La mejora del periodo medio de pago que detecta CEPYME es una oportunidad para fijar políticas internas más estrictas: scoring de clientes, anticipos en nuevos contratos, confirming para proveedores clave y facturación electrónica para reducir disputas. Menos DSO (días de cobro) equivale a menos póliza consumida.
- Diversificar financiación. Además del préstamo bancario, 2026 será buen año para explorar líneas con aval público/BEI enfocadas en eficiencia energética y digitalización, o soluciones de mercado para importes pequeños (confirming, factoring sin recurso) que alivien caja sin elevar endeudamiento neto. La OCDE subraya que mejorar la productividad (IA, digital) es palanca para sostener márgenes en un entorno de crecimiento moderado.
¿Qué horizonte dibujar en el presupuesto 2026?
2026 no será un “año regalo”, pero sí puede ser el año de recuperar margen financiero si se actúa ahora: reestructurar deuda con cabeza, profesionalizar el cobro y usar la caja para invertir en productividad. O, como resume el BCE, la normalización seguirá “guiada por los datos”: tradúzcalo a gestión y lleve esa prudencia a su balance.
Este es el horizonte que se dibuja para proyectar el presupuesto 2026:
- Tipo de referencia: escenario base con Euríbor 12M medio en torno al 2,3% y tipos oficiales del BCE por debajo de los picos de 2023–2024, con recortes graduales condicionados por datos.
- Inflación y costes: IPC cercano al 2% según el Eurosistema/OCDE; salarios aún al alza pero con menor tensión que en 2023–2024.
- Liquidez operativa: ligera mejora si se consolida la reducción de morosidad y plazos de pago; la gestión activa del circulante seguirá siendo el gran “financiador oculto” del negocio.