Un 64% de los españoles reconoce que su trabajo afecta directamente a su salud emocional. No es una percepción pasajera: el dato se desprende del estudio “Bienestar y salud laboral en España”, elaborado por Edenred y Savia (MAPFRE), que pone sobre la mesa una realidad que muchas pymes conocen bien, aunque a menudo les cuesta abordar.
¿La buena noticia? Hoy existen más herramientas, datos y experiencias reales que nunca para empezar a cambiar esta tendencia. ¿La mala? Ignorarla puede salir caro: baja productividad, aumento del absentismo y pérdida de talento son solo algunas de las consecuencias de una salud emocional deteriorada.
Ansiedad, estrés y mal sueño: cuando la oficina pasa factura
Según el estudio, los síntomas más frecuentes entre los profesionales españoles son la ansiedad laboral (54%), el estrés crónico (49,5%) y el insomnio (36%). Un preocupante 23,2% reconoce vivir este malestar de forma constante, no solo en picos de carga.
Además, este deterioro emocional se combina con hábitos poco saludables: sedentarismo y mala alimentación afectan a más del 36% de los encuestados. Todo ello impacta de lleno en el rendimiento, la motivación y la cohesión del equipo.
Desde Mi Empresa es Saludable, el III Estudio sobre planes de bienestar en la empresa española señala una tendencia similar: más del 60% de las pymes encuestadas reconoce que el bienestar emocional es una de sus grandes asignaturas pendientes, aunque un 40% ya está dando los primeros pasos para abordarla.
¿Qué puede hacer una pyme?
El informe de Edenred y Savia refleja que solo el 49,7% de los profesionales está satisfecho con su salario. Pero aquí viene el matiz clave: la mitad de los insatisfechos reconoce que las políticas de bienestar y beneficios de su empresa compensan, en parte, esa percepción.
¿Y cuáles son los beneficios más valorados? El seguro médico (30,1%), el Ticket Restaurant (20,5%) y las ayudas a la movilidad (20%). Herramientas sencillas, accesibles para muchas pymes, que marcan la diferencia cuando se aplican bien.
La retribución flexible, aunque aún poco extendida (43%), gana peso como fórmula de compensación emocional que ayuda a fidelizar talento y mejorar la calidad de vida. El III Estudio de Mi Empresa es Saludable confirma que las empresas que ofrecen beneficios personalizados mejoran su clima laboral en un 35%.
Millennials y Gen Z: una nueva forma de entender el trabajo
Los profesionales de entre 25 y 44 años son los que más acusan el impacto emocional del trabajo. También son quienes más valoran opciones de formación, ayudas al transporte o seguros de salud dentro de su paquete de beneficios.
La Generación Z, por su parte, valora especialmente la flexibilidad, el equilibrio vida-trabajo y el propósito. ¿Qué significa esto para una pyme? Que adaptar los beneficios al perfil del equipo es clave. No se trata de darlo todo a todos, sino de ofrecer lo que realmente importa.
Claves prácticas para empezar hoy en tu pyme
- Escucha activa: Pregunta de forma regular cómo se sienten tus equipos. Una encuesta breve puede darte pistas valiosas.
- Beneficios con sentido: No es necesario ofrecerlo todo. Empieza con lo que más valoran: salud, alimentación, movilidad o formación.
- Habla del bienestar: Normaliza las conversaciones sobre salud emocional en reuniones de equipo. Da el primer paso.
- Flexibiliza cuando puedas: Pequeños ajustes de horarios o modalidades híbridas pueden tener un gran impacto.
- Inspírate en otras pymes: El III Estudio de Mi Empresa es Saludable recopila ejemplos reales de empresas que han mejorado su clima con medidas sencillas.
“Los programas de bienestar ya no son extras, son palancas clave para atraer talento, reducir bajas y construir culturas sostenibles” – Pedro Díaz Yuste, CEO de Savia
Una pyme saludable empieza por dentro
Los datos no dejan lugar a dudas: la salud emocional del equipo es uno de los factores con más impacto en el rendimiento y la sostenibilidad de cualquier empresa, también en las pequeñas.
Invertir en bienestar no es solo una cuestión de cuidar personas. Es una estrategia rentable para construir empresas más humanas, más eficientes y, sobre todo, más vivas.
¿Y si este fuera el año en que tu pyme también empieza a cuidar (de verdad) a quienes la hacen posible?